El Rabinal Achí es el único drama completo que
se ha salvado desde la conquista hispánica de América, su contenido parece ser
la única esfera en el sustrato cultural indígena que no desapareció por la
cultura cristiana y además se conservó e impuso sus formas eternas.
Es de vital importancia porque en ella se
conserva la memoria milenaria. Su valor excepcional se ve reflejado en el
prolongado período que ha sobrevivido ininterrumpidamente, atravesando la época
de la colonización e incluso del enfrentamiento armado.
Rabinal, municipio de Baja Verapaz situado en la
región norte del país a 150 Km. de la capital. En este lugar arribaron
los Rabinaleb, donde hoy en día se practica y presenta el Rabinal Achí o Xajooj
tun, que quiere decir Baile del Tun.
Es una obra en la que se dramatiza el rompimiento
de la alianza entre los K’ich’e y los Rabinaleb; la obra se divide en
cuatro actos, cuyo desenlace es la muerte de K’iche’e Achí, es decir, el
triunfo de los Rabinaleb, el primer acto suele ser el más largo.
El Xajooj Tun ha superado diversos problemas por
los que ha estado en peligro de desaparecer, entre ellos, la precariedad
económica y el impacto que tuvo en la comunidad el conflicto armado interno.
HISTORIA
En 1850, Bartolo Sis puso por escrito los
diálogos del Rabinal Achí (o Xahoh Tun[1] o Baile del Tun). Cinco años después
se los dictaba al francés Charles- Étienne Brasseur de Bourbourg. Sin embargo,
no fue sino hasta un año después, el 25 de enero de 1856, día de la Conversión
de San Pablo, y tras mucha insistencia del francés que el baile-drama se
representó por primera vez después de 30 años.
CARACTERÍSTICAS QUE RESALTAN EN LA OBRA
El relato en la obra se sitúa en un momento de
conflicto entre los Rabinaleb y los K’iché, dos entidades políticas importantes
dentro de la región y época.
Desde hace más de ocho siglos, el “Rabinal Achí”
se ha presentado y durante la colonia entre el 12 y el 25 de enero de
cada año en Rabinal, durante la fiesta en honor a San Pablo. Para los actuales
habitantes de Rabinal que en su mayoría son mayas achí, más que una
representación artística es un acto sagrado, que rememora y convoca la energía
de sus más lejanos ancestros, los dignatarios de la fortaleza de Kajyub’, el
actual sitio arqueológico en el que se sucedieron los hechos históricos que
narra la obra.
Este carácter sagrado de la obra conlleva la
realización de una serie de nueve ceremonias previas y posteriores a su
representación, con el objeto de pedir permiso y agradecer a los antepasados,
los personajes y los danzantes ya muertos, por la buena ejecución de la obra.
Una primera ceremonia tiene lugar en la casa del director, actualmente don José
León Coloch para bendecir a los danzantes, las máscaras, los instrumentos
musicales y todos los implementos. Posteriormente se realizan cinco ceremonias
en los cerros sagrados Kajyub, Kambá, Kisintun, Ximbajá y Saqtijel. En el lugar
de presentación de la obra también se hace una ceremonia. Nueve días después de
su representación se da la última ceremonia de agradecimiento nuevamente en la
casa del director.
UN HECHO HISTÓRICO
En el “Rabinal Achí” se narra cómo los Rabinaleb
se rebelan y separan de la confederación política de los K’iche’s, al intentar
estos conquistar el valle de Rabinal. Los K’iche’s mantenían, en la época, el
dominio político sobre bastas regiones y pueblos.
En la obra, K’ich’e Achí, guerrero de los
K’ich’es, es capturado por el guerrero de los Rabinaleb, Rabinal Achí, en las
afueras de Kajyub’, cuyo dignatario es Job’ Toj; el guerrero K’ich’e es juzgado
y condenado a muerte. Antes de ser sacrif icado K’ich’e Achí pide tomar la
bebida ceremonial embriagante de los Rabinaleb y bailar con la princesa de
Kajyub llamada Uchuch Q’uq’ Uchuch Raxon “La madre de las Plumas Verdes, la
Madre de las Plumas Azules”; así también pide que le concedan 260 días para ir
a despedirse de su tierra. Una vez concedidos todos estos deseos, K’ich’e Achí
es sacrificado por los guerreros águilas y los guerreros jaguares al mando de
Rabinal Achí.
Los sucesos
Un guerrero, del linaje de Nima K’iche’, jefe de
Cunén y de Chajul, llamado K’iche’ Achi’, ha estado atacando Kajyup, la
fortaleza de los Rabinal, y ha logrado capturar al señor de Rabinal, Ahau Job
Toj. Sin embargo, su éxito es detenido por Rabinal Achi’, quien logra liberar a
Ahau Job Toj y captura a K’iche’ Achi’ (aquí es cuando empieza la trama del
etnodrama). A K’iche’ Achi’ se le ofrece perdonar la vida si ofrece vasallaje a
Ahau Job Toj, pero se niega y prefiere morir antes de humillarse, así que se le
conceden sus últimos deseos: probar fuerzas de combate con los guerreros
águilas y jaguares de Rabinal, comer y beber lo que ingieren sus captores,
vestirse con los trajes de Rabinal, bailar con música de tun y pito con U Chuch
Gug, doncella de la región de Carchá y, por último, 260 días y noches para
despedirse de sus montañas y valles, al regreso de este viaje es ejecutado por
los guerreros águilas y tigres.
La ejecutan bailadores asistidos por dos
tocadores de trompeta y un tocador de tun. Los personajes son: Rabinal Achi’,
K’iche’ Achi, Ahau Job Toj, Muy, Guerrero Jaguar, Guerrero Águila, U Chuch Gug.
De acuerdo a las prescripciones originales, los danzantes deben mantener
abstinencia sexual 30 días antes y 30 días después de la ejecución de la danza
y se pide permiso a los Rajawales o señores de los cerros.
Este es un fragmento del Rabinal Achi’,
adaptación de la traducción de Alain Breton.
Kiche’ Achi’: ¡Vas a salir, soberano (de tu
fortaleza), y serás agujerado, perforado! No serás el primero cuyas raíces,
cuyo tronco acabo, rey de los chakachib, de los tzamanib, Kawuk Rabinal, te
dice mi palabra a la faz del cielo y la faz de la tierra. ¡Por eso no voy a
cambiar muchas palabras con vos! ¡Qué el cielo y la tierra queden con vos,
Rabinal Achi’!
Rabinal Achi’: ¡Eja! ¡Hombre colérico, Kawek
K’iche’! ¿Qué dice tu palabra a la faz del cielo, a la faz de la tierra? Pero
tan cierto como que allí está el cielo, tan cierto como que existe la tierra,
tú acabas de entregarte a la punta de mi flecha, a mi escudo, a mi maza, a mi
hacha, a mis brazaletes, a mi fuerza, a mi bravura. Pero sea así o no, yo te he
vencido con mi cuerda blanca, con mi lazo brillante. Así te dice mi palabra a
la faz del cielo, a la faz de la tierra. ¡Qué el cielo y la tierra sean contigo,
bravo guerrero, mi prisionero mi cautivo! Gracias sean dadas al dueño del
cielo, al dueño de la tierra, te han empujado a la punta de mi flecha. ¿De
dónde saliste? ¿Huiste de la guerra? ¿Quizá no eres sino hijo de las nubes, de
la bruma?
K’iche’ Achi: Verdaderamente las palabras que
proferís son arrogantes para mí. Vuestra palabra dice: “¿No habrás venido
huyendo del combate?” Yo revelaré el rostro de mis montañas, de mis valles.
Rabinal Achi’: ¡Si no revelas el rostro de tus
montañas, el rostro de tus valles, entonces quiera el cielo y la tierra que no
seas sino comida! ¡Voy a hacerte entrar frente s mi eminencia, al interior de
la gran fortaleza, al interior de la gran muralla!
K’iche’ Achi’: Yo soy la cólera, soy la fuerza
del soberano de los kunen, de los chajul, el rey
Balam Achi’ Balam K’iche’, descendiendo al
instante de mis montañas, de mis valles.
Rabinal Achi’: Entonces habréis informado a
vuestras montañas, a vuestros valles. ¡Es cierto que aquí morirás,
desaparecerás, aquí, en el ombligo del cielo, en el ombligo de la tierra.
K’iche’ Achi: ¡Eja,
Rabinal Achi’! De frente a la fortaleza soberana, Kajyub, ¿no es aquí donde
se reúnen las cinco cargas de pataxte, las cinco cargas de cacao? (tributo al
rey k’iche’) Supo el rey Balam Ajaw Balam K’iche’ que su muerte era deseada por
el rey de los chakachib, de los tzamanib, Kawuk Rabinal (y dijo) “¡Hagamos del
soberano de las montañas k’iche’ y de los valles k’iche’! ¡Que venga a tomar
posesión de las blancas montañas, de los blancos valles (de Kajyub)!” Fue
entonces que lanzó sus exhortaciones, sus gritos y lanzó su desafío. Fue así
que vine blandiendo mi arco y mi escudo, que recorrí las montañas y los valles
y vine a lanzar mi desafío.
Rabinal Achi’: ¡Es verdad que ellos acometieron
aquí, en el ombligo del cielo, el ombligo de la tierra, a nuestros hijos. Pero
también es verdad que no tomaron posesión de las blancas montañas de los
blancos valles! ¡Por eso, en vano habéis venido a desperdiciar tantos días,
tantas noches! No vinisteis sino para agotar la faz de vuestro corazón, la faz
de vuestros hombros. ¡Nada ha dado resultado!
K’iche’ Achi’: ¡Estoy en mis montañas, estoy en
mis valles!
Rabinal Achi’: ¿Por qué raptaste a mis hijos? ¡No
tenías que meterte con ellos! Fuisteis vos el que raptó a mi señor en el lugar
llamado Chatinibal y lo encontré en una prisión de cal, gravemente quemado por
todas partes. ¿No devastasteis acaso poblados, caseríos y aldeas? Esto es lo
que vinisteis a pagar.
K’iche’ Achi’: Fue únicamente a causa del rencor
de mi corazón que hice venir a los blancos niños (los de Rabinal). Donde ellos
guerreaban, dije: “¿No convendría acaso que yo rapte a estos blancos niños? Es
igualmente cierto que vine a raptar a vuestro señor y lo obligué a descender
hacia mis montañas y mis valles, allá al país k’iche’. A causa del rencor de mi
corazón por no haber tomado posesión aquí, del ombligo del cielo, del ombligo
de la tierra. Fue entonces que lo encerré en la cal blanca. Es verdad que
destruí tres poblados, caseríos y aldeas, por rencor de mi corazón.
Rabinal Achi’: Nos hemos enfrentado detrás de la
gran fortaleza, de la gran muralla, durante 13 veces 20 días, 13 veces 20
noches. ¡Nos agotamos, no tuvimos ningún reposo! Si dice mi señor: “Dejadlo ir
a sus montañas, a sus valles”, si lo dice mi soberano inmediatamente os dejaré
ir.
K’iche’ Achi’: ¡Anunciadme pues!
[En el segundo acto Rabinal Achi’ anuncia a
K’iche’ Achi’ frente al rey Job Toj]
Rabinal Achi’: ¡Salve oh
rey! ¡Salve oh reina! ¡Sí, gracias al cielo y gracias a la tierra,
vosotros estáis entronizados, estáis abrigados bajo la protección del quetzal
de plumas verdes, adentro de la gran fortaleza, de la gran muralla! He aquí al
hombre colérico con el cual hemos luchado durante 13 veces 20 días, 13 veces 20
noches, atrás de la gran ciudadela. Yo lo derribé, lo amarré y maniaté. Yo lo
interrogué y él no reveló inmediatamente la faz de sus montañas y sus valles.
Ese hombre exterminó diez blancos niños. Fue este colérico hombre quien llegó a
raptaros allá, en Chitinibal y quien destruyó tres poblados, caseríos y aldeas.
Job Toj: ¡Gracias al cielo, gracias a la tierra
que el colérico hombre haya sucumbido ante vuestro arco y escudo!. ¡Hacedlo
entrar frente a mí! Recomendadle que incline su rostro, quizá entrará a
completar [a las doce águilas amarillas, a los doce jaguares amarillos].
Entonces vendrá ciertamente como yerno, como cuñado.
[En el tercer acto Rabinal Achi’ lleva el mensaje
a K’iche’ Achi]
K’iche’ Achi’: ¿Sería yo aún un valiente, sería
yo todavía un hombre, si me inclinara, si inclinara mi rostro? ¡He aquí mi
arco, mi escudo, mi hacha blandida, esa será mi sumisión!
[En el cuarto acto K’iche’ Achi’ es presentado
ante Job Toj]
Job Toj: ¡Kawek K’iche’! Vos vinisteis para
raptar a los blancos niños. Fuisteis vos quien llegó a raptar mi señoría, mi
persona, allá en Chatinibal. Quien me llevó y encerró en la cal amarga. Es
verdad que allá hubierais terminado de golpear mis raíces, mi tronco, allá en
las montañas y valles k’iche’. Esa es la razón por la que mi guerrero Rabinal
Achi me liberó, me trajo, cargándome en sus brazos y vino a reinstalarme
adentro de la ciudadela. Sois vos quien destruyó tres poblados, caseríos y
aldeas. ¡Esto es lo que vinisteis a pagar aquí, es seguro que vas a morir, a
desaparecer!
K’iche’ Achi’: Decís verdad. Aceptaré vuestras
bebidas venenosas, que hielan y paralizan.
Job Toj: ¿Eso es verdaderamente lo que deseas?
K’iche’ Achi: ¡Oh, vosotros los flautistas,
vosotros los tambores! ¡He aquí lo que tocaréis, mi flauta, mi tambor, a la
manera con que se reciben mis prisioneros, mis cautivos, en mis montañas y
valles! ¡Rey Job Toj, si es verdad que sois provisto, que sois colmado en la
gran fortaleza, en la gran muralla, dame prestada, la madre del quetzal, de las
plumas verdes, las gemas preciosas venidas de Tzam Q’am Karcha!
Job Toj: Yo te la ofrezco, como gran signo de tu
muerte, de tu desesperación.
K’iche’ Achi’: ¡Honrado séais a la faz del cielo,
a la faz de la tierra! ¡He aquí lo que me fue prestado y que devuelvo! Y mi
palabra dice aún: “Dame prestados las 12 águilas amarillas, los jaguares
amarillos, aquellos cuyos bastones, cuyas lanzas yo enfrenté, de día y de
noche”.
Job Toj: Yo os los doy.
K’iche’ Achi’: ¡Honrado séais frente al cielo,
frente a la tierra! Mi palabra dice a vuestro rostro a vuestra boca: “Dadme 13
veces 20 días, 13 veces 20 noches, que yo avise el rostro de mis montañas, el
rostro de mis valles. ¡Allá en donde caminé, en donde viví!” [Habla solo para
sí] ¡Dirigí mis adioses al rostro de mis montañas, al rostro de mis valles,
donde caminé, donde viví! ¡Oh cielo, oh tierra! ¿No habría alcanzado nada mi
cólera ni mi fuerza? ¡Disfruté mi recorrido bajo el cielo, mi recorrido sobre
la tierra, regresé con las manos vacías! ¡No alcanzó nada mi cólera ni mi
fuerza! ¡Oh cielo, oh tierra! ¿Es cierto que moriré aquí, en el ombligo del
cielo, el ombligo de la tierra? Idos mis metales dorados, mis metales
plateados, mi arco, mi escudo, mi hacha de guerra, mis vestidos, mis sandalias.
¡Idos hacia nuestras montañas, hacia nuestros valles! ¡Id a comunicar la
noticia a nuestro señor, porque probablemente dice: “Él está en camino”! Eso no
lo dirá más, si es que yo espero ahora mi muerte, mi desesperación. ¡Oh cielo,
oh tierra, si verdaderamente muero aquí, asemeje yo a esa ardilla, a ese pájaro
que murió en la rama del árbol, de donde obtiene su alimento, aquí, en el
ombligo del cielo, el ombligo de la tierra! ¡Oh vosotros águilas, vosotros
jaguares, haced vuestro trabajo, cumplid vuestro encargo, haced actuar vuestros
colmillos y garras para que, en un instante, me convirtáis en plumaje, porque
yo solamente fui valiente al venir de mis montañas, de mis valles! ¡Qué el
cielo y la tierra queden con vosotros,
águilas, jaguares!
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